Av. Regne de València, 24
si nos quejábamos de lo poco vasco que tenía la taberna anterior, este lugar era el extremo opuesto. Estaba llevado por una muchacha argentina de muy buen ver, era de esas que se niegan a abandonar su adorable acento latino (como debe ser), y el bar estaba repleto por todos lados de fotos de Buenos Aires, cuadros con gente bailando el tango y de más recuerdos de Argentina. Antes de sentarnos pregunté por los tipos y precios de cervezas: "Tenemos San Miguel a 1'50, Heinneken a 2 y Quilmes a 2'50, que es un poco más fuerte, y de importación." Mientras hablaba de esta última se le iluminó la cara, imaginaos a la muchacha erguida, con la cabeza bien alta, las manos en la cintura y la bandera albiceleste ondeando detrás. A pesar de ello opté por pedir mi amada San Miguel.
También aquí perdimos la oportunidad de pedirnos unas tapas que de seguro iban a ser típicas de Argentina, a saber, costillas asadas o algo con culce de leche. A Dios pongo por testigo que a la proxima no se me escapan.