UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




viernes, 26 de diciembre de 2008

Cafetería Montecristo

C/ Ramón Gordillo



Viernes Noche en Valencia: Chapter III

Por James:

Tras haber inundado el Bar Castillo y haber huido de las litronas que olían a pies de la Bocatería Sento, decidimos que lo mejor que podíamos hacer era buscar otro bar. Por suerte encontramos uno a escasos 10 metros, la Cafetería Montecristo, que estaba donde antes había una pizzeria friki que vendia pizzas con nombres del Señor de los Anillos. Entramos.

Lo primero que nos llamó la atención nada mas entrar fue que la tele estaba conectada a un portátil y tenían puesto el Youtube, en el que la dueña, de origen indefinido, iba poniendo videos de Amaral para disfrute de Tim.

Nos lanzamos a la aventura, (es decir, a descubrir cuanto valía la birra). 2 Quintos 1€, lo mismo que en los otros bares a esas horas. Pedimos 4. Cual fue nuestra sorpresa al descubrir que eran Cruzcampo, y lo peor de todo, que entre ellas había un quinto de Cruzcampo Light (a.k.a. matarratas) , camuflado entre los demás como si fuera un cepo. A esas alturas de la noche, y tasa de alcohol en sangre, no podíamos consentir semejante cosa, así que Tim se levantó a a pedir amablemente a la mujer si podía cambiarnos el quinto por algo más bebible. La mujer, apurada, se puso a buscar en la nevera pero no encontró más quintos, y en su defecto le puso un tercio. Tim le dijo que no tenía mas dinero y al final la mujer le dijo que nos la quedásemos, que no nos la cobraba... Genial!

Y ahí estábamos nosotros, mirando a la Cruzcampo Light y mirándonos entre nosotros, preguntandonos quien sería el primero en beber, si es que alguien lo hacía. Al final decidimos que lo mas justo era bebérnosla entre todos, porque tampoco le podíamos hacer el feo a la mujer que nos la había regalado (y con la que llevabamos encima, creo que nos hubiéramos bebido hasta el agua de los floreros). Por suerte se la bebió casi entera Spectrum, el único tipo de la mesa lo suficientemente duro como para sobrevivir a tal hazaña.

Mientras veíamos los videos que la dueña iba poniendo en el Youtube, y comentando lo que pondría cada uno si pudieramos, La mujer debió oirnos, y nos preguntó si queríamos poner alguno. Mandamos a Tim de DJ al portátil y nos zampamos unos cuantos temazos de Johnny Cash y Bob Dylan. Mientras tanto, Tim se puso a charrar con un parroquiano fan de Johnny Cash (el típico que siempre dice: "ésta es música de mi época") y a mi se me acercó el Entrañable Hombre de los Pañuelos, y me confesó que él prefería algo mas marchoso, como por ejemplo Camela. Decidí no matarle y me terminé mi cerveza.

Sin más quintos que beber, nos marchamos del lugar. Conservo un buen recuerdo del sitio, y el Youtube a gusto del cliente fue un gran detalle. Un lástima que la ausencia de cervezas decentes hace que me pregunte si volveremos por allí. Le pongo un 9, por su genial servicio de atención al cliente.

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