UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




viernes, 26 de diciembre de 2008

Bar Che

Av. Regne de València, 9


Por Steve:


Era una tarde en la que logré quedar con Heroína (A.K.A. Miniwini) para comprar los clásicos regalos a familiares, que a veces se hacen por estas fechas, y de paso visitar algún bar del que hacer crítica, pero la falta de tiempo nos obligó a hacer sólo una de las dos cosas. Optamos por lo más importante.

Íbamos "directos" a una de esas cafeterías que te sirven 3 quintos por 1€, pero de camino nos topamos con un luminoso en el que aparecía la imagen de una especie de superheroe de pueblo bebiendo de una bota de vino. Taberna Vasca, decía. No había oído hablar muy bien de los precios de las tabernas vascas pero aún así le rogué a Heroína que entrásemos.Y al entrar te encontrabas con las típicas baldosas del Quijote vascas, el típico extintor recuperado del Titanic vasco y la típica réplica de las Torres de Serrano de Valencia vasca. Lo cierto es que salvo el reloj con el escudo del athletic poco de vasco noté en aquel lugar. Ni la ikurriña en la pared ni el camarero tenía boina ni habían tíos dentro cortando troncos a base de hachazos, ni si quiera nos pusieron cerveza vasca (¿Existe cerveza vasca?). Pero ¿Esto qué es?. Lo que sí debo comentar es el buen detalle de la intimidad que te proporciona cada mesa, un buen lugar para ir con la pareja.
Al bebernos nuestro respectivo tercio y pagar (1'50, de caro nada!), salimos, y solo cuando Heroína comento cuan hambre tenía recordé a Karlos Arguiñano y a todos esos cocineros famosos que tienen nombres y apellidos con denominación de origen de Euskadi y pensé que para apreciar verdaderamente la esencia vasca de aquel local deberíamos haber pedido, como mínimo, una tapa. Es decir, que también debo volver aquí para comer lo que me echen y poder completar esta crítica como Dios manda. Me queda pendiente.

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