UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




viernes, 9 de enero de 2009

Bodega de la Paz

C/ Marques de Dos Aguas, 3


Por Tim:


Era la tarde de la cabalgata de reyes. Eso hizo que la tarea de llegar hasta aquel bar que Steve había visto una tarde de pasada (y que no se acordaba bien donde estaba), fuese ardua y compleja, mientras pasábamos entre el gentío que se te echaba encima mientras cogían caramelos, muchos niños subidos en papeleras y la mayor parte, chicos mayores con bufandas caras y chicas guapas (no entiendo porque estaban en la cabalgata). Iba levantando la mandolina muy por encima de mi cabeza para no pegarles sin querer a alguien en la cabeza con susodicho instrumento. Cuando nos desviamos por una paralela para evitar la marabunta, allí apareció, sin aviso: La Bodega de la Paz.
Lo que mas impacta a primera vista en este local es su decoración rococó, o como se llame. Para entendernos, es como si hubiesen sacado los muebles del Titánic. Lo segundo que nos llamó la atención es un enorme bicho pariente lejano de Ctulhu agonizando sobre una bandeja. Era una langosta grandísima y le habían puesto una goma en una pinza para que no atacase.
- ¿Está vivo? - pregunté.
- Toma, pues claro que está vivo.
No dudó el camarero en posar con él ante la cámara de mi amigo Steve. A mí (y al parecer a nadie más en esa sala) me dan mucha pena los mariscos, que mueren lentamente al aire libre para acabar acelerando este proceso al ser cocidos vivos. Me parecen animales feos y nobles y nunca como nada parecido a ellos.
Pedimos dos cervezas y lo que nos pusieron fue una caña ni grande ni pequeña (las he visto horribles) en un vaso que, todo hay que decirlo, me encantó, junto a unas aceitunas que parecían melones. Dos euros por barba será lo que os costara si pedís una caña de estas. Tienen una carta de cervezas (3'5 la Paulaner, recuerdo) entre las que se hallan casi todas las de importación clásicas, y la verdad es que para ser camareros de uniforme (que siempre están agilipollados) estos eran bastante majos.
No es de lo mejor que he visto, pero tampoco les derribaría el local. Sin embargo Steve quería ponerle a este bar un 10. Dejo libre para que edite esto y explique sus razones. Sin más ni más, un beso a todos/as.
Opinion de Steve:
El crustaceo (no sé cuándo deja de llamarse langosta o bogavante para adquirir el nombre de 'bestia infernal') era enorme, uno de esos bichos que cazan leones cuando tienen hambre. Y sí comparto la opinión de que es triste ver a uno de esos animales muriéndose poco a poco en la barra de un bar, aunque seguro que ese bicho ha vivido más que los 5 birracentristas juntos.
En cuanto al bar, no es que crea que merezca un 10, es que si todos tienen un 9, este merece un 9'1 como mínimo, sólo por la frikada de tomarte una cerveza en un sillón colonial, victoriano o vete tú a saber qué. Me pareció realmente acogedor, tenia una sala ahí un poco apartada sin ventanas, y creo que hasta una terraza un poco más allá. Estoy deseando ligarme a una moza para llevarla allí a cenar. A todo esto juntamos el hecho de que tiene un variedad de cervezas de importación que no suele verse por ahí. Desde luego no sé si merecerá más nota pero que a Tim no se le ocurra bajarle de 9.

No hay comentarios: