Pasaje Mislata
Por Steve:
En una tarde que parecía preludiar el fin de los tiempos, accedí a acompañar a Tim a ver a un colega al hospital Arnau de Vilanova pero no nos dejaron estar con él y nos quedamos en la calle, con toda la tarde por delante y sin sitio alguno al que ir. Decidimos entonces, hacerle una visita a nuestra amiga Mary a Mislata, lugar que, según recordaba, no estaba lejos de allí.
4 kilómetros y medio después y casi anocheciendo, alcanzamos nuestro destino, y ya con Mary haciéndonos compañía entramos al primer bar que vimos. No os imagináis lo buena que puede llegar a saber una cerveza cuando has caminado tan larga travesía para conseguirla, sobre todo si ésta es una Alhambra a 1'30 y viene con almendras.
El Café Delicat, como muchos otros, se puede disfrutar de dos maneras: sentado dentro con una birra o sentado en la terraza con una birra. Lo bueno que tiene este lugar es que, al estar metido en un pasaje, va a tener montada la terracita aunque este lloviendo, nevando o cayendo meteoritos (cosa harto imposible pero bueno. Lo de la nieve, no lo de los meteoritos). Personalmente me hubiera sido más grato estar dentro, con la visión de 2 hermosos jamones plantados en la barra, quizá al vernos babear nos hubieran puesto un poco y tendría algo más que contar aquí. Pero el enamoradizo de Tim tenía razones mujeriles para quedarse fuera a ver pasar la gente y no atendía a razones. De modo que nos bebimos nuestras Alhambras, rodeados de familias paseando y quinceañeros haciendo el parias con patines.
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