UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




martes, 6 de noviembre de 2012

Menja't Quart

Todo Quart de Poblet


Por Steve:

Durante un momento concreto del año, en un lugar específico del planeta, se sucede algo maravilloso. Más de una veintena de bares se ponen de acuerdo para ofrecer a sus clientes ofertas de quinto y tapa.
Veintitantos pequeños locales que florecen una mañana desprendiendo un olor a bravas, ensaladilla, croquetas y otros inventos culinarios. Olor que atrae hordas de seres hambrientos desde los pueblos colindantes. Y seres que llegan dispuestos a picotear de bar en bar como abejas de flor en flor e intentar probar las tapas de cada uno de los veintitantos pequeños locales. Te dan un mapa de Quart de Poblet con todos los bares que visitar y en cada bar que visitabas, un gomet (una pequeña pegatina) para señalar en el mapa los bares que ya has probado. Una genialidad.



Aquella especial mañana salía de mi casa con una cámara de fotos y una botella de agua en una mochila, dos billetes de 20€ en el bolsillo y la intención de no volver a pisar Paterna en lo que quedaba de día. Me recorrí solitariamente los 2 kilómetros de naranjos que separan mi casa de tan interesante evento. Por el camino trataba de decidirme por quién debía acompañarme en mi aventura y ya habiendo llegado, tras tomarme mi primer quinto y mi primera tapa de carne guisada en el Centro Andaluz, me decidí. Acabé formando séquito con una excompañera de clase de 3º de la ESO. Con ella y su prima, su novio, su exnovio, la novia de su exnovio, los padres de la novia de su exnovio y media docena más de gente que apenas alcanzo a recordar. Resultaron ser el grupo de gente más cojonudo de toda aquella vorágine de alcohol y fritanga. Cada uno de mis nuevos amigos portaba una camiseta que ellos mismos habían creado para la ocasión. Dicha camiseta mostraba a la espalda 101 razones para acudir al Menja't Quart, total que era bastante común que se encontraran de pronto con un borracho pegado como una lapa a la espalda para leer y estudiar cada una de las razones. Otra genialidad.

Por destacar una de las tapas, la del bar El Glopet. Merecía la pena traicionar cualquier dieta, principio ético, ideología o religión por tapas como aquellas. Y por poner un pulgar hacia abajo, la cafetería de la escuela oficial de idiomas, que ni quitos ni tapas ni gomets tenían para todos.

Aquellos que llegaban a cierto número de bares visitados tenían como premio una camiseta. Que había un fin en todo aquello, que no era beber y comer sin ton ni son, cuidao. Yo logré alcanzar el número de gomets pero al perder el mapa perdí también mi derecho a obtener el premio. Y desde entonces mi único objetivo es en esta vida es ganar de forma legal y merecida una de aquellas miserables camisetas.




A ver si el verano que viene Mr Chiquen tiene el detalle de no cumplir años porque se echaban de menos más birracentristas en un acontecimiento de tales magnitudes (guiño, guiño).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Hay foto de las camisetas?