UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




lunes, 26 de diciembre de 2011

Mesón Restaurante Saymi II

C/de los Impresores, 41 GETAFE

Por Steve:

He abierto mi cartera, me he encontrado un sobre de azúcar vacío y al verlo he recordado repentinamente una entrada pendiente que tengo. Dicho sobre de azúcar lleva impreso el nombre y la dirección de un mesón y lleva ahí desde principios de Septiembre, que visitamos la ciudad de Getafe para disfrutar del En Vivo Festival 2011.



El En Vivo es de las más gratas experiencias que he vivido este año que agoniza. 3 días de fiesta y desenfreno, acampado en un pinar,  rodeado de amigos, música de la buena y latas de cerveza. Pero todo esto tenía también sus inconvenientes. El aire que respirábamos contenía más polvo que oxígeno, los pinos no terminaban de aplacar un sol de justicia, las pulgas se cebaban con cada uno de nosotros como si no hubiera mañana y los baños... (ay, los baños!). Hablando claro y sin tapujos, era más higiénico cagarse encima que hacerlo en uno de esos inodoros portátiles. En serio, he visto cosas que no creeríais.

Nos levantamos una mañana y descubrimos que en la neverita que portábamos para víveres, no había sitio para una taza de café entre el fiambre de la comida y el fiambre de la cena. Algunos de nosotros hacían colas infinitas para poder ducharse y otros dormían o estaban en paradero desconocido. Los habidos en pie en esa micróplis que habíamos montado con tiendas de campaña, decidimos partir en busca de un lugar en el que desayunar. De modo que salimos del recinto de acampada como seres de ultratumba que escapan momentaneamente del infierno para comer sesos frescos. Y nos encontramos de pronto en el mesón restaurante Saymi II. Estaba ahí en medio de una calle desierta del polígono y llegamos hasta él de forma directa, como si lo oliéramos. Creo que entrar allí fue de los momentos más bonitos del viaje, llegar a un bar que todavía no había sido colonizado por los despojos humanos del festival. Era todo para nosotros! No veo modo de describir de forma fiel el sentimiento que nos invadió al ver ante nosotros un retrete limpio en el que plantar un castillo con toda la arena que habíamos tragado.

Primero cayó un café con leche (el mejor café con leche de la historia) con tostadas o madalenas. Luego empezamos a hacer llamadas para atraer hasta allí a todos los colegas. Todos menos Tim, que se había pasado la noche anterior tocando las pelotas a los intentaban dormir y terminó agotado. Iba llegando amigo tras amigo y conforme llegaban también iban cayendo tapas y cervezas por doquier. La situación lo merecía, teníamos techo y váter limpio, había que aprovecharlo todo el tiempo posible. Risas y anécdotas vividas por cada uno durante los días que llevábamos de festival. Todo fue maravilloso hasta que nos echaron, allá sobre las 4 de la tarde. Querían cerrar e hicieron caso omiso de nuestras súplicas. Luego seguiría la fiesta en otro local, pero esos recuerdos ya los tengo más borrosos.

No hay comentarios: