Por Mr. Chicken:
Era una tarde apacible de Junio. Serían
aproximadamente las siete y media de la tarde. Hora perfecta para que el
justiciero sol del verano no caliente de más la fresca cerveza que un hombre ansía
tras una tarde de calor. El cielo estaba ligeramente nublado y la refrescante brisa
manchega hacía de la terraza del bar un escenario perfecto. Acudí al lugar
acompañado de una preciosa compañía, femenina llamémosla “Wendy”, y por su
promesa de que en aquel lugar servían la cerveza en copas de varios litros. Pedimos
una copa de tres litros para compartir aunque según la carta había de
cantidades mayores hasta llegar a los ocho litros. Claro está, no todas salen
igual de rentables y los precios están orientados más a pagar en conjunto. Para
mi sorpresa y rompiendo las expectativas la cerveza no se llegó a calentar a
pesar de estar servida en tal cantidad que tardamos un par de horas en poder
acabárnosla. Además durante el largo rato en el que disfrutamos de esta GRAN
COPA, nos ofrecieron una gran variedad de tapas para acompañar, desde un buen
plato de los clásicos cacauetes,(que aunque típicos y poco resultones no se
podía uno quejar de la generosa cantidad de la tapa), hasta un pequeño
surtidito de embutidos. Finalmente y ya de noche nos despedimos del lugar con
el bolsillo un poco más ligero pero con una buena cogorza encima.
La música que escuché en 2016.
Hace 7 años
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