UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




martes, 14 de junio de 2011

Oasis

C/dels Roters

Por Steve:

Os hablaré, en esta entrada fruto del aburrimiento y el insomnio, de un bar legendario que jamás debió haber cerrado. Cientos de recuerdos nos asaltan a la mente a los birracentristas con sólo escuchar el nombre del local. Cientos y los que habrá borrado el alcohol de nuestra cabeza. Yo os podría contar aquella noche confusa, siendo más polluelo, que me hizo perder una mochila llena de cosas de importancia que no vienen a cuento, y cuya búsqueda, que me llevó varios días, terminó en ese bar, donde el bueno del dueño la tenía bien custodiada. Fue en ese lugar también donde descubrimos que la novia de Stanley no era ficticia ni mucho menos de cartón. Y Tim y Spectrum os dirían encantados lo bien que se lo pasaron la vez que se vieron envueltos en la celebración del PSOE en las últimas elecciones generales, sin ser ellos nada de eso, y es que creo que aquella noche hubieran celebrado la victoria de cualquiera.



El bar cerró dejando un vacío en el corazón de muchos parroquianos del Barrio del Carmen y sigue cerrado hasta donde yo sé. Pero el destino nos devolvió de nuevo al Oasis por una noche. Una mágica noche que estábamos acompañando a los acampados de la Plaza del Ayuntamiento (o Plaça 15 de Maig) y contagiados por el buen rollito que desprendía aquello en los primeros días, nos apeteció tomarnos una birra. Así que nos alejamos de allí para no dar coba a toda esa gente que deseaba ver una lata de cerveza para llamar a aquello botellón. De este modo, sin comerlo ni beberlo, nos encontramos metidos en una fiesta privada en ese querido local, fiesta a la no fuimos invitados pero sí bien recibidos.
Durante un par de horas volvimos a tener los corazones llenos de alegría. Un esqueleto vestido de novia continuaba, como lo ha hecho siempre, vigilando la barra. El tabernero seguía teniendo respuestas para todo tipo de conversaciones trascendentales y gozábamos de nuevo de un litro de cerveza sobre una de esas mesas con forma de paleta de pintor. Sonaban canciones de Pink Floyd. Los que antaño frecuentaban el lugar bebían sentados en la mesas del fondo, como si jamás se hubieran ido. Todo era perfecto tal y como lo recordábamos.
Esa oscuridad que lleva toda la vida invadiendo el Oasis, la misma que hace que te dañe la luz del baño cuando necesitas vaciar la vejiga, no nos impidió escribir una de las mejores canciones que cantará Tim con su grupo, A Poor Chocobo & Pas.

Sí, esto será un gratificante recuerdo más relacionado con este bar, y este no habrá ingesta de alcohol que lo borre.


Sé que cada vez que prometo que retomaremos el blog nos ausentamos más tiempo, así que no pienso prometeros una mierda. Disfruten del verano.

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