UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tasca Bar Vinilo

Manuel Candela, 71


Por Steve:

El otro día estábamos Tim y yo por Valencia haciendo recados y acabamos de cervezas (qué sorpresa, ¿eh?). El afortunado local que recibió nuestra preciada visita fue la tasca Vinilo, un lugar horrible, o eso es lo que pensé nada más entrar.
Estaba decorado con espantosos cuadros de Playmóbiles, las sillas bailaban y la cerveza nos la sirvieron en vasos para vino, de esos que son más anchos que altos, idóneos para que se caliente antes la cerveza o para que pierda el gas en un tres i no res. Pero todo eso son cosas que hemos sabido valorar después de 2 años visitando bares. Mi desagrado al entrar ahí fue algo irracional y sin fundamento alguno, una manía similar a la que siento por la lengua francesa, la coliflor hervida o la capital de España. De hecho, no sé por qué, aquel lugar me olía a eso (a Madrid, no a coliflor), veía el nombre de la ciudad escrito en el aire e incluso mi paranoia llegaba a escucharlo en conversaciones ajenas. Toda esta obsesión mía desapareció en un pis pas, en cuanto alguien vino y nos trajo un plato de jamón. Me quedé pacíficamente calladito como un niño llorón cuando le pones el chupete. De pronto lo veía todo de otro modo, incluso empezaba a encontrarle cierto encanto a los cuadros de las paredes. Eso sí, servir "chatos de cerveza" me sigue pareciendo un acto execrable.


Rara es la situación en la que este blog termina desaprobando un bar, y esta no va a ser una de esas situaciones. Aun sin jamón en la mesa voy a recomendar este lugar a nuestros lectores, que no todo el mundo va a tener mis absurdas manías. Al menos yo, si los dueños no me leen y me prohiben la entrada, volveré. Oh! olvidaba decir que las 2 cervezas y el plato de jamón nos costó 2€ en total, un precio nada madrileño.


Opinion de Tim: Me encontré una cosa rara en el jamón, parecía un hueso con pequitas, me dio mucho asco.

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